La protección al menor, el derecho a ser
y desarrollarse como niños
quedan por completo ausentes
y ajenos a estos pequeños soldados,
donde el único juego que conocen y les enseñan,
es el de jugar a matar, el tener la cara sucia
y mantener los cargadores limpios.
El ser capaces de sostener rifles
que en algunos casos son más grandes que ellos,
llevar los pantalones caídos y las cartucheras subidas.
Donde el único abrazo que conocen
es el del arma cruzada
que llevan en sus pequeñas espaldas......
Qué mundo tan injusto!
(( Recemos por ellos ))
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